Capitulo 9 (48)
Me senté rápidamente
quedando encima de él. Miré nuestra postura, era un tanto… ¿porno? ¿Cómo
habíamos acabado asi? Volvía a frotarme los ojos y me tapé la boca para
bostezar.
-¿Qué tal has dormido?-me
dijo Harry colocando sus manos en mi cintura.
Le cogí las manos, las
aparté de mi cintura y se las coloqué encima de su pecho. Me miró de forma… no
sabría deciros y recorrió mi cuerpo con la mirada. Entonces recordé que aun
estaba sentada encima de él.
-Bien.-le dije levantándome
y colocándome la camiseta.
-Buenos días.-me dijo
Niall dándome un abrazo.
-Buenos días chicos.-les
sonreí.
De refilón vi mi reflejo
en un espejo que había en el comedor, estaba muy mal, tenia el pelo alborotado
de dormir, la camiseta y los pantalones arrugados, también de dormir y también unas
ojeras. Me pasé la mano por el pelo intentando colocarlo bien, pero como no era
capaz acabé haciéndome una coleta.
-Ven a desayunar.-me dijo
Louis empujándome hacia la cocina.
Entré y, de repente
recordé que no había visto ni a Irene ni a Lucia por ninguna parte. ¿Donde se
habrían metido? Me giré y esperé unos segundos a que se abriera la puerta de la
cocina pero no fue asi. Me asomé por la puerta entornándola un poco.
-¿Qué le has hecho?-estaba
preguntándole Louis a Harry.
-Nada.-dijo este
peinándose sus rizos con las manos.
-¿Qué le has
hecho?-repitió Zayn lo que había dicho Louis.
-Os juro que
nada.-contestó Harry.
-¿Seguro?-preguntó Niall
alzando una ceja.
-Que si coño, solo hemos
dormido juntos.-dijo Harry levantándose y dirigiéndose hacia la cocina.
Corrí a sentarme en una
silla y apoyé mi cara en la encimera cerrando los ojos. Notaba como mi corazón
latía a cien por hora por el miedo de que me descubrieran escuchándoles. Oí
como se cerraba la puerta y una mano se apoyó en mi espalda. Me coloqué recta
en la silla abriendo los ojos.
-Me debes una
explicación.-me dijo sentándose en la silla que estaba a mi lado.
Los demás entraron en la
cocina y se pusieron a dar vueltas. Louis mordisqueaba una zanahoria, Niall
estaba comiéndose un bollo que tenia muy buena pinta, y Zayn se miraba
reflejado en las cacerolas. No había ni rastro de Liam.
-Yo no te tengo que
explicar nada.-le dije a Harry.
-Claro que si. Tienes que
explicarme por qué estabas asi anoche.-me dijo y yo me quedé paralizada. Noté
las miradas de todos los presentes en la cocina puestas en mí. La puerta se
abrió y entró Liam.
-Buenos días.-saludó.
-¿Dónde están Irene y
Lucía?-pregunté para cambiar de tema.
-Se han subido a vuestro
piso.-me dijo Niall sonriendo.
-¿Y no me avisan? Que
majas.-dije bufando.
-Dijeron algo de que se te
veía muy bien ahí.-dijo Zayn rascándose la cabeza.
-Debería subir.-dije
levantándome de la silla y dirigiéndome hacia la puerta.
Recorrí todo el salón en
busca de mis zapatillas que se habían colado debajo del sofá. Las cogí, me las
puse y me dirigí hacia la puerta. La abrí y grité para que me oyeran:
-Hasta luego.-cerré la
puerta y subí las escaleras hacia el apartamento.
Llegue a la puerta y lame
al timbre. Lucia me abrió la puerta y yo me tiré directamente encima del sofá. Después
de un par de intentos me convencieron de que comiera, ya que yo no tenía ganas.
Cuando acabé de comer me metí directamente en la ducha.
Había puesto música en el
móvil y estaba cantando todas las canciones a grito pelado, hacer eso me
relajaba, me dejaba echar fuera todo lo que me estresaba. Salí de la ducha con
una toalla rodeándome el cuerpo y otra en la cabeza.
-Ya he salido.-grité.-
¿Qué hacemos esta tarde?-pregunte, pero no obtuve respuesta.
Me encaminé hacia la
cocina extrañada por el silencio que se extendía por toda la casa. Las busque
por todas partes, detrás de las puertas, debajo de las camas, pero no estaban
en la casa. Cuando llegué al comedor el corazón ya me latía a cien por hora. ¿Donde
se habían metido? Dos notas que estaban pegadas al televisor llamaron mi
atención.
La primera decía:
Lau, he quedado con Zayn,
no creo q venga a cenar. TQ Lu.
La segunda decía:
E qedado con Niall, nos
vemos luego. TeQ Iree :)
“Genial”, pensé, “me han
dejado sola”. En ese momento el timbre interrumpió mis pensamientos. Fui a
abrir la puerta sujetándome fuertemente la toalla para que no se me cayese. Abrí
la puerta y lo primero que encontré fueron sus ojos verdes escaneándome de
arriba abajo.
-Hola- me sonrió.-Que
guapa.-dijo apoyándose en el marco de la puerta.
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